Aunque el comité de Patrimonio de la Humanidad se reunió por primera vez en 1977, no fue hasta un año después cuando se designaron los primeros grandes monumentos y espacios naturales que merecían este reconocimiento por su valor universal. En la cita de 1978, celebrada en Estados Unidos, solo siete naciones (EE.UU., Ecuador, Senegal, Polonia, Canadá, Etiopía y Alemania) lograron inscribir sus bienes, entre los que destaca el estado germano, que seleccionó la catedral de Aachen (Aquisgrán).
la catedral más antigua del norte de Europa
La Catedral de Aquisgrán está considerada como la catedral más antigua del norte de Europa. Su historia se remonta a la construcción de la Capilla Palatina por el emperador franco Carlomagno a finales del siglo VIII. Fue a lo largo de los siglos siguientes cuando el templo experimentó un continuo proceso de expansión y embellecimiento, dando lugar al conjunto arquitectónico actual, que representa una amalgama de estilos arquitectónicos diversos.

Originalmente, la Capilla Palatina fue la iglesia privada del palacio de invierno encargado por el emperador Carlomagno en Aquisgrán a finales del siglo VIII. En su época, esta capilla ganó renombre gracias a su espectacularidad, sin igual al norte de los Alpes. Durante dos siglos, ostentó el título de la estructura más alta en esta parte de Europa. Además, su prestigioso promotor, Carlomagno, fue sepultado en ella tras su fallecimiento en el año 814. Con el transcurso de los años y el abandono de Aquisgrán como residencia de los emperadores francos, la Capilla Palatina se erigió como el único edificio del complejo palatino que perduró.
La clave de su singularidad es la capilla palatina (siglo VIII y IX), una estancia de planta octogonal que es pura simbología. Este espacio, que acoge la tumba de Carlomagno, es un ejemplo de la arquitectura religiosa de un continente que se estaba reordenando tras la caída del imperio romano.
La arquitectura de este edificio se inspira en las iglesias del Imperio Romano de Oriente. Durante la Edad Media, se añadieron revestimientos y estatuas de mármol alrededor de los ventanales que conforman la sala principal. En su interior, se pueden admirar diversos mosaicos en las paredes y en la parte interna de la cúpula, los cuales representan pasajes bíblicos. También llaman la atención imponentes pilares que se conectan mediante marcos circulares alrededor de la cúpula, complementando la estructura con una impresionante pieza colgante de tonos dorados.