El pueblo ‘alpino’ de la ruta de la seda

A 100 kilómetros de Trebisonda, en Turquía, el pueblo de Uzungöl destaca por su paisaje montañoso, el lago central y la gran mezquita que lo corona.

Uzungöl, Turquía

Uzungöl, Turquía

Lugar predilecto por los comerciantes de la ruta de la seda, Trebisonda llegó a ser la capital del imperio bizantino cuando este agonizaba y amenazaba con descomponerse totalmente. Situada a orillas del mar Negro, la ciudad portuaria fue objeto de cientos de leyendas que la convirtieron prácticamente en un mito viajero durante la Edad Media. Atraído por sus historias, Marco Polo la visitó y pero lo que más le fascinó fueron los alrededores de la provincia.

Lejos del caos urbano, en el Parque Nacional de Altındere, se encuentra encaramado a la pared de una montaña el Monasterio de Sümela, construido en el siglo IV y considerado en la actualidad uno de los más antiguos del mundo. Pero la verdadera joya de Trebisonda se encuentra más al este, a unos cien kilómetros del centro de la ciudad. Allí, en el fondo del valle de Caykara, decenas de casitas con techos a dos aguas rodean el pequeño lago que parece recoger toda el agua de Uzungöl, y como guinda al pastel, la magnífica mezquita. De hecho, si no fuera por el templo, la imagen recuerda más a un pueblo de los Alpes que a uno situado en Turquía.

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