Los fenicios fueron los primeros en llegar a este pequeño promontorio de tierra situado cerca de la costa de Budva, en Montenegro. Más tarde, se convertiría en un típico pueblo pescador mediterráneo hasta que en 1934, la reina María de Yugoslavia ordenara construir allí una residencia palaciega para veranear frente al Adriático. Varios años después fue abandonado y las casas de tejados anaranjados cayeron en el olvido hasta que un par de pintores, Petar Lubarda y Milo Milunovic, descubrieron esta joya y decidieron transformarlo en un hotel.
En la actualidad, el complejo pertenece a la cadena Aman Resorts. Con el tiempo se ha logrado convertir en un lugar recurrente para las estrellas de Hollywood que encuentran en Sveti Stefan un reducto de paz, lujo y tranquilidad a escasos metros del mar. De hecho, la pequeña isla cuenta con dos playas que curiosamente contienen arena rosa, unidas al resto del territorio por un fino istmo.
Más ubicaciones exactas.