Monsanto es un pueblo apartado de las rutas habituales y rodeado de caminos y campos, coronado por un castillo del siglo XIII. Gracias a un concurso nacional en 1938, esta localidad a 20 km de la frontera con España ganó el título de ‘aldea más portuguesa del país’. De hecho, los vestigios del Paleolítico y unas termas romanas la han confirmado como una de las aldeas más antiguas de Portugal. Lo característico del lugar es que está incrustado en una montaña granítica, llamada Cabeço de Monsanto. Esta peculiaridad es consecuencia de un desprendimiento de rocas de la ladera que en el pasado fueron aprovechadas por los lugareños para integrarlas como parte de las casas en techos y paredes.
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