Así era durante la época del Imperio Romano, cuando el sistema de comunicación terrestre se extendía por 70.000 kilómetros en unas 400 vías que unían Roma con todas las zonas del Imperio. Entre ellas, una de las más importantes era la Via Appia Antica, también conocida como Regina Viarium, la reina de las calles. Fue construida en el año 312 a.C. para unir la capital del Imperio con Capua y, finalmente, extenderse 400 kilómetros más hasta la portuaria Brindisi.
En la actualidad, cerca del centro de Roma se encuentra el Parco Regionale dell’Appia Antica, un área protegida de 3.400 hectáreas que engloba 16 kilómetros de la antigua vía. El susurro de la historia acompaña al viajero en todo el trayecto con restos de villas, el mausoleo de Rómulo, las catacumbas de San Sebastián y San Calixto y el circo de Massencio.
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