
Un bisturí invisible parece abrir la montaña en dos como si alguien corriera una cremallera y las dos bandas se fuesen alejando de si a medida que el cierre sigue su camino. El río Cahabón fluye entre las laderas hasta detenerse en este punto de la selva, es aquí donde varias pozas de color jade se interrumpen escalonadas y rellenan el hueco abierto. Se conocen como pozas de Semuc Champey, tienen una profundidad que oscilan de uno a tres metros. Poco después, el río sigue su curso y vuelve a esconder este pequeño paraíso entre las montañas de Guatemala.
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