Coronada por la fortaleza de Villehadouin, Mistrá se erige en la ladera de las montañas Taygetus, en el Peloponeso, como un fiel testigo de la historia y como la antigua capital del Despotado de Morea. Con la fortaleza todavía en pie, la ciudad atesora siete iglesias medievales, como el monasterio de Peribletos o el de Pantanassa, donde a día de hoy habita una pequeña comunidad de monjas, y el Palacio de los Déspotas. Mistrá tuvo un papel relevante en la política de la Grecia medieval, pero destaca, sobretodo, por actuar como centro de la cultura bizantina que influyó en el Renacimiento italiano. Ubicada a tan solo 5 kilómetros de Esparta, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1989.
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