
La construcción de una presa hidroeléctrica aprovechando la fuerza natural del río Guadalhorce, en Málaga, dio paso al sendero más peligroso del mundo. Hoy, este eslogan atrae a cientos de aventureros que deciden recorrer los siete kilómetros de largo por encima del desfiladero de los Gaitanes. A principios del siglo XX, en cambio, el Caminito del Rey –inaugurado por Alfonso XIII- era la única vía que conectaba varias localidades y por ella paseaban niños, trabajadores, mercaderes, y hasta caballos.
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