
La mera visión del monasterio Taktshang Goemba en Bután hiela la sangre. Enclavado en la pared de un precipicio con una caída de 900 metros hasta el fondo de un valle, este templo budista es una visita obligada en el pequeño país de Bután. Dicen los monjes que el templo está sujeto a la roca por cabellos de ángeles. En cualquier caso, para llegar a él hará falta recorrer un camino de montaña que pone a prueba la resistencia de más de uno pero la recompensa vale muchísimo la pena. En su interior, capillas y cuevas maravillan al viajero en uno de los lugares más increíbles del Himalaya.