
Cuenta la leyenda que el monje Liao Ran construyó el templo durante la Dinastía Wei del Norte. Esto significa que se erigió alrededor del siglo V d.C. Es una obra de ingeniería casi imposible, no apta para quienes tengan vértigo, pero ya en esa época pudo construirse, y lo hicieron perforando agujeros en el acantilado, donde se colocaron postes para sostener la estructura. Ubicado en la montaña Hengshan, sagrada para el taoismo, acoge a fieles de esta religión, pero también del confucianismo y del budismo, representados en 78 estatuas y esculturas.
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