
De la oscuridad a la luz. Este túnel de Helensburgh, Australia, fue cerrado en 1915 dado el peligro que suponía viajar en un lugar oscuro y lleno de humo. Así, sin tráfico, un extremo del llamado Túnel Metropolitano se cerró para convertirse en depósito. El paso de los años permitió que la flora hiciera de las suyas en las paredes internas. En el techo, las luciérnagas se instalaron y dieron un atisbo de luz entre musgo y el agua estancada del lugar. El año 1995 fue despejado, pero a día de hoy, cuando el nivel del agua sube, todavía es posible adentrarse y observar las constelaciones que forman las luciérnagas.