Fue el rey Herodes quien mandó construir el año 30 a.C. lo que hoy se conoce como el Parque Nacional de Masada. Situado cerca del Mar Muerto a 450 metros de altura, esta gran fortaleza de palacios y estancias constituye uno de los restos arqueológicos más importantes de Israel, nombrados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¿Su importancia? Tras la muerte de Herodes, esta fortaleza pasó a manos del Imperio Romano. La pugna entre judíos y romanos persistió hasta que el año 73 d.C. los Romanos iban a penetrar la fortaleza. Pero la trágica leyenda en la que los hombres decidieron acabar con su vida y la de sus familiares antes de convertirse en prisioneros convirtió Masada en el lugar mítico que es hoy en día, como lo es Numancia o Sagunto. Desde allí, se extienden los paisajes del desierto de Judea, del Mar Muerto y de Jordania.