
Unos 70.000 ejemplares de libros perfectamente dispuestos y ordenados en inmensas estanterías de esta gran librería son sólo una parte de los más de 200.000 que se reparten entre todos los metros cuadrados de la Abadía de Admont, en Austria. Aunque el monasterio se fundó en 1074, no fue hasta 1776 que se construyó la biblioteca, donde descansar manuscritos que datan incluso del siglo VIII. La gran sala se divide en tres espacios donde destacan las esculturas de madera, guardianas de los tomos, y las cúpulas pintadas por Bartolomeo Altomonte. El techo está formado por siete cúpulas, decoradas con frescos de Bartolomeo Altomonte que hacen referencia a las etapas del conocimiento humano, desde el pensamiento y el habla a través de las ciencias hasta la Revelación Divina en la cúpula central.
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