Hasta hace bien poco se iba al faro de Ajo a ver uno de los atardeceres más bellos de Cantabria. Lo escénico del entorno, en el punto más septentrional de la comunidad, entre pastos que se asoman directos a los acantilados, hace propicia la contemplación de los crepúsculos junto al mar. Ahora se añade un nuevo motivo para acercarse hasta la capital del municipio de Bareyo: la decoración que ha ideado el artista cántabro Óscar San Miguel Erice, más conocido como Okuda, para su faro.
El reclamo turístico está servido. También el debate. Pero dicen que para gustos, colores. Y en este caso, se trata de los más característicos de este artista y diseñador urbano cuyo trabajo se basa en la máxima potencia cromática y en el uso de tramas geométricas en las que aparecen intercalados símbolos, cabezas gigantescas y animales -en esta ocasión, típicos de Cantabria-. Su surrealismo pop luce desde el 26 de agosto de 2020 en el último faro que se construyó en Cantabria, rompiendo con 90 años de dominio absoluto del blanco. Se espera que lucirá así al menos durante 8 años más antes de que vuelva a su color original.
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