Construido a principios del siglo XIV por deseo del rey Jaime II de Mallorca, el Castillo de Bellver se alza 112 metros sobre el nivel del mar. Rodeado de bosque, su nombre, que significa ‘bella vista’, hace honor a lo que desde allí se puede observar: una panorámica increíble de la Bahía de Palma y la Sierra de Tramuntana.
Además, la fortificación alberga el Museo de Historia de la ciudad de Palma, ciudad que también se puede observar desde sus murallas. Pero lo que más llama la atención de este castillo es que es el único de España construido en base a una planta circular. Junto al castillo Michelstetten de Austria y el de Restormel en Inglaterra, es de los únicos europeos que cumplen esta particularidad.
El castillo, diseñado por el arquitecto Pere Salvat, pudo haberse inspirado en la fortaleza de Herodión, en Cisjordania. El rey Jaime II lo hizo construir en un tiempo récord de doce años, temeroso de que sus familiares le arrebataran su reinado por segunda vez, con lo cual lo usaba tanto como residencia como fortaleza. Cuando dejó de albergar la corte de Jaime II, el castillo sirvió como residencia de verano de Pedro IV de Aragón, como refugio contra la epidemia de peste y, sobre todo, como cárcel. A partir de 1712, acogió a Gaspar Melchor de Jovellanos y a muchos oficiales franceses.
Sus cuatro torres, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales, y la formas curvas del castillo permitían eliminar los ángulos muertos para mejorar la defensa. Además la muralla, redondeada en sus bordes, favorecía el rebote de los proyectiles que la artillería disparaba.
En la actualidad, el Museo de Historia de la Ciudad permite hacer un recorrido a través de la historia de Palma y la su evolución urbana desde la edad del bronce hasta nuestros días. Alberga también colecciones de arqueología, patrimonio municipal y maquetas, y la Colección Despuig de Escultura Clásica. Asimismo, se pueden realizar visitas guiadas a la Torre del Homenaje con cita previa.