
Hablar de Skye es hablar de hadas. Estos seres fantásticos envuelven la historia de esta isla escocesa gracias al Castillo de Dunvegan y a Fairy Glen, un valle formado por decenas de colinas verdes en miniatura y que evocan a la imaginación. Una de ellas, conocida como el Castillo Ewan, mantiene la cubierta de basalto intacta y desde su cima se alcanza una de las mejores vistas del lugar. Tras este castillo, se encuentra una cueva donde los más supersticiosos (y no tanto) dejan un moneda en las grietas para tener buena suerte. La magia envuelve este espacio, que también cuenta con unpequeño estanco y un árbol caído.
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