Cuando las temperaturas caen por debajo de los 0 grados, los macacos de las nieves dejan los Alpes japoneses y se concentran todos en un mismo lugar: el Parque Nacional Jigokudani (Japón), también conocido como el Valle del Infierno. Proceden de las montañas y llegan hasta las terrazas termales del valle para guarecerse del frío. Fue en 1963 cuando se observó por primera vez el baño de uno de estos primates, considerado uno de los animales más inteligentes del mundo y los que viven más al norte del planeta. Desde entonces, cada año colonias de hasta 600 macacos se resguardan en la calidez de estas aguas hasta tal punto, que ha modificado su propio organismo adaptándose a él. Un ejemplo son las hembras que acuden a estos baños para mejorar la reproducción.
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