Andalucía

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Aracena, Huelva

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Aracena (Huelva)

En el norte de Huelva, la tierra se pliega y gana altura. Encinas, alcornoques, robles y castaños alfombran el lugar donde acaba Andalucía, comienza Extremadura y el Alentejo portugués se extiende hacia el oeste. El pueblo de Aracena da nombre a la sierra y es la capital de la comarca homónima. La variedad de sus blancas y apiñadas casas y sus calles de suelo empedrado convierten cualquier paseo en una delicia. Desde las almenas y arcos de su castillo templario se contemplan los pueblos como motas blancas que destacan a lo lejos, entre altozanos, dehesas y praderas. 

El monte donde se alza la fortificación está horadado y se entra en él a través de la Gruta de las Maravillas. La primera sorpresa que depara la cueva es su ubicación, en pleno centro del pueblo. Descubierta en el siglo XIX, se abrió al turismo en 1914 –fue pionera en Europa–. Un itinerario circular guiado permite contemplar las asombrosas formaciones de roca y los lagos de sus diferentes niveles. Aracena atesora la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor y varias ermitas mudéjares. En su plaza Mayor hay bellos edificios decimonónicos, como el Casino de Arias Montano, del sevillano Aníbal González.

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iStock-1198039872. Un camino que permite admirar la vida e historia del lugar

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Un camino que permite admirar la vida e historia del lugar

En el Valle del Hoyo se encuentra una casa usada por montañeros y escaladores y que fue sondeada por arqueólogos, que detectaron presencia de cerámica medieval islámica y castellana, lo que evidencia la existencia de un asentamiento del siglo XIII. Más adelante, el visitante caminará por el antiguo canal de agua, construido en galería, con gruesos muros y a cielo abierto, por donde hace años pasaba un caudal de 10.000 litros por segundo. Durante el recorrido puede pasar por alto, pero en un antiguo tuve de servicio del canal ahora se ubica el Refugio de Murciélagos, un lugar con una gran puerta de madera con una pequeña ventana que les facilita la entrada y salida y, a la vez, les facilita hibernar.

El balcón de cristal cuyo suelo permite ver el desfiladero permite parar a contemplar el lugar antes de ver los fósiles conservados y la tirolina utilizada para traer material del ferrocarril. El senderista seguirá adelante para disfrutar del puente colgante de más de 30 metros de longitud y 105 de altura sobre el Guadalorce. Para finalizar, el Chalet del Ingeniero, con unas vistas privilegiadas del embalse, será la antesala al antiguo poblado de El Chorro, que aun conserva casas cueva y antiguas edificaciones.

iStock-1155454124. Una gran diversidad de fauna y flora

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Una gran diversidad de fauna y flora

El entorno del río Guadalhorce se ha declarado como Zona de Especial Protección para las Aves, ya que la mayor parte de las especies del Desfiladero de los Gaitanes están amenazadas. Conviven importantes colonias de buitre leonado, pero también alimoches, águila real, halcón peregrino, buho real y otras como el arrendajo, el vencejo o la paloma bravía, entre otros. En cuanto a mamíferos, habitan cabras montesas, zorros o meloncillos, ademas de grutas de murciélagos. En cuanto al curso fluvial, se encuentran nutrias y especies como el barbo gitano, el sapillo pintojo o la culebra de escalera.

En el desfiladero hay cuatro zonas bien diferenciadas: los desfiladeros calizos, las laderas a pie de monte, el Valle del Hoyo y la ribera del Guadalhorce. Las especies que se adaptan a los hábitats rocosos son rupicolas y aprovechan las grietas para crecer, donde viven los zapaticos y el escobón. En las zonas más humedad se encuentran helechos, y en las laderas hay Sabina causada, propia de ambientes litorales. En el Valle del Hoyo domina el pino carrasco, el romero, la algaida y palmitos. En el margen del río crecen las adelfas y carrizos, ademas de frutales que los huertos cercanos guardan.

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Cómo recorrer el sendero de forma respetuosa

El acceso al camino está restringido para los menores de 8 años y aquellos que porten muletas, bastones, carros o sillas de ruedas. En la entrada se facilitarán elementos de seguridad que se han de colocar obligatoriamente, como cascos para protegerse de posibles desprendimientos. Se recomienda llevar agua y comida, pero no consumirlo en las pasarelas. También es necesario un calzado y ropa adecuados y crema de protección solar, y está prohibido el uso de palos selfie y drones, al igual que emitir sonidos altos, fumar, arrancar vegetación, bañarse en el río, abandonar el sendero o llevar animales, bolsos voluminosos o cargar personas en brazos. Para aquellos que quieran practicar escalada, tendrán que acreditarse como federados y realizar la actividad en las zonas habilitadas para ello. El recinto está abierto de martes a domingo, exceptuando los días 24, 25 y 31 de diciembre, el 1 de enero y otros días que se acuerden.

iStock-1256247983. La industrialización, origen del Caminito del Rey

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La industrialización, origen del Caminito del Rey

El Caminito del Rey se encuentra en el Desfiladero de los Gaitanes, un cañón excavado por el río Guadalhorce y situado entre los municipios de Álora, Antequera y Ardales. La anchura del desfiladero en algunos tramos es de tan solo diez metros, y alcanza los 700 metros de profundidad. El Desfiladero de los Gaitanes no era más que un valle transitado por algunos pastores y cazadores de la zona hasta que llegó la industrialización a mediados del siglo XIX. Con la voluntad de conectas las cuencas mineras de Córdoba y las fábricas malagueñas, se construyó una línea de ferrocarril con túneles y viaductos.

En aquella época, la construcción de la central Salto del Chorro hizo necesario abrir un camino adosado a la roca como vía de servicio para facilitar el mantenimiento del canal. Conocido como Camino de los Balconcillos en su origen por los pequeños balcones que aún conserva, mudó el nombre a Caminito del Rey después de que el Rey Alfonso XIII lo recorriera tras inaugurar el Embalse de El Chorro en 1921.

Caminito del Rey

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Caminito del Rey

Caminito del Rey

Foto: Caminitodelrey.info

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Caminito del Rey

Caminito del rey

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Candidato a Patrimonio de la humanidad

El Caminito del Rey y su entorno son dignos de una visita, pero también de mucho más. Es por eso que este recorrido y las zonas circundantes son candidatas a ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Esto se basa en siete hitos que abarcan una zona menor a 20 km y que sus precursores han definido: El Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes, las Presas de El Chorro, Conde de Guadalhorce y Gaitanejo, las pasarelas del Salto hidroeléctrico de El Chorro, la estación de ferrocarriles de El Chorro y puentes sobre los Gaitanes, así como la Cueva paleolítica de Ardales, la Necrópolis prehistórica de las Aguilillas y la Iglesia rupestre mozárabe de Bobastro.

tunel. Formas alternativas de recorrer el camino

Foto: Caminitodelrey.info

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Formas alternativas de recorrer el camino

En el recorrido del Caminito del Rey existe un tramo con ruta alternativa, menos conocida pero frecuentemente utilizada, por ejemplo, en caso de lluvia o viento. Es la parte del camino que tiene lugar en el Desfiladero de los Gaitanes. Allí, un túnel conecta el Valle del Hoyo con el puente colgante y evita la pasarela. Tras su restauración, este recorrido de 300 metros, 285 interiores y 15 exteriores, abrió de nuevo al tránsito en 2017. Por el techo del túnel se pueden ver pequeñas perforaciones y grietas utilizadas como refugio para murciélagos, por lo que la iluminación instalada es de baja intensidad.

Para aquellos que no pueden desplazarse, tienen vértigo o problemas de movilidad, se ha habilitado una visita virtual en la pagina web y un tour de 360º, en el que se puede recorrer en la distancia cada tramo paso a paso del Caminito del Rey.

arc 284448 g. Un nuevo centro de Recepción de Visitantes

Foto: Caminitodelrey.info

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Un nuevo centro de Recepción de Visitantes

Ya queda poco para que abra al público un edificio diseñado por Luis Machuca, autor también del proyecto del Caminito del Rey, que acogerá el Centro de Recepción de Visitantes. El lugar hará las veces de parking, mirador y lugar de bienvenida para los senderistas. La estructura, hecha de acero, madera y cristal, pretende ser un preludio del recorrido. Ubicado en el cruce natural de las calzadas romanas y medievales que antaño atravesaban la zona, donde aún se conservan restos de una aldea del Neolítico con más de 6.000 años de antigüedad.

En el centro se reproducirá un audiovisual donde se dará a conocer la importancia del lugar tanto por su naturaleza como por su historia, geología y arqueología. Allí se aconsejará sobre el camino a aquellos que tengan afición por la escalada, la ornitología o la fotografía, entre otras, y se podrá coger fuerzas (o reponerlas) en su cafetería.

Málaga

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El significado de Málaga...

El nombre de Málaga proviene indiscutiblemente de los fenicios quienes la bautizaron como Malaka. Luego evolucionaría al romano Malaca y al árabe Malaqa. En un inicio se pensaba que la palabra remitiría al concepto de ‘sal’, pero existen dudas de que ese sea su verdadero significado. Sin embargo, las tenazas que aparecen en las monedas fenicias acuñadas en Málaga hacen pensar que su etimología se refiera al ‘lugar en el que se trabaja o retuerce el metal’, haciendo referencia a una posible fundición.

Jaén

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El significado de Jaén...

El topónimo de Jaén proviene del latín Gaius, que hacía referencia a la villa de Gaius, un antiguo jurista romano del siglo II d. C. Se cree que los árabes lo deformaron hasta Gaien, traducido como Yaiyan. Sin embargo, otras hipótesis apuntan que no sería resultado de una mala interpretación sino que provendría de la palabra hebrea Dayan, que significa «juez», que más tarde se traduciría como Yayyan o Djayyan.

Almería

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El significado de Almería...

Como la gran mayoría de localidades del sur de España, su etimología tiene una clara influencia árabe, y el caso de Almería no es una excepción. La tesis más compartida es la referente a la atalaya situada en lo más alto del cerro de la Alcazaba: Al-mariyyat Bayyana, o lo que es lo mismo, la atalaya de Pechina. No obstante, la toponimia almeriense es rica en interpretaciones. Algunas de ellas son: 'la costa de la sal', 'el espejo del mar' o 'la vistosa'.

Zahara de los Atunes tiene una de las mejores playas de Cádiz. Foto: iStock

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Playa de Zahara de los Atunes, la joya de la costa de Cádiz

Zahara de los Atunes es la joya gaditana o el paradigma de la Costa de la Luz. De hecho, si solo se tuvieran unas pocas horas para conocer las playas de Cádiz, ésta zona sería imprescindible. Son kilómetros de hermosas playas de arena clara y fina que van desde el mismo pueblo hasta el Cabo de Gracia. Conforme más al sur, dejando Barbate hacia Tarifa, la playa se va haciendo más salvaje. Desde playa del Carmen, accesible y llena de servicios hasta Playa del Cañuelo, la más pequeña y virgen de todas, un universo playero maravilloso.

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Playa de Camarón, el secreto de Chipiona

Esta playa de simpático nombre ocupa un bello paisaje de dunas y vegetación declarado como zona protegida, así que el acceso se hace a través de plataformas de madera: protegen a la vez que quedan muy vistosas para los selfies playeros. No hay que salir corriendo si ve a algún que otro camaleón andar lento sobre la ardiente arena; en todo caso, esta es su casa. Y de hecho, hay hasta un centro de interpretación camaleónico cerca de la entrada a la playa. Otra curiosidad: al bajar la marea, quedan al descubierto los corrales de pesca del camarón… de ahí el nombre de la playa.

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Playa de Regla (para cosmopolitas en chanclas)

Se ve tan familiar y concurrida, con sus chiringuitos a pies de paseo y las tumbonas y parasoles que resulta difícil imaginar que esta playa, en realidad, guarda algunos secretos. A finales del S. XIX, la playa de Regla, en Chipiona, fue escogida por sus aguas curativas para fundar el Primer Sanatorio Marítimo de España, el Sanatorio de Santa Clara, en el año de 1897 donde se trataron numerosos tuberculosos. No fue cosa de milagro, si no de yodo, que parece ser que se encuentra en altas dosis en el mar. Pero es que, además, hay cerca un faro histórico que se remonta a eso del año 140 a. C. Eso sin contar con la evidente presencia del  Monasterio de Nuestra Señora de Regla. Vaya toda una lección de historia. La temporada playera alarga hasta la festividad de la Virgen de Regla, el día 8 de septiembre, cuando la playa se llena de ambiente festivo.

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La Fontanilla (para foodies con arena)

El gran atractivo de Conil de la Frontera son sus playas, y es que tiene cerca de 14 kilómetros de arena fina bañada por el Atlántico. La de Fontanilla es la más famosa y concurrida por sus aguas calmas, ideales para familias con peques, y por su entorno natural. Pero resulta que foodies de todo el mundo, sobre todo durante la temporada de la almadraba del atún rojo, le tienen el ojo puesto a este lugar. Sin ir muy lejos de la arena, se encuentran dos clásicos: el Restaurante La Fontanilla y el restaurante Francisco La Fontanilla. En el municipio hay muchos otros restaurantes para disfrutar del atún, los pescados y arroces.

Playa del Faro de Trafalgar. Foto: iStock

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Playa del Faro de Trafalgar, la más salvaje de Cádiz

Las playas de Barbate son un clásico del verano gaditano. Una de ellas es la playa del faro de Trafalgar, que parece recién salida de un anuncio playero perfecto. Eso sí, conforme se accede por la pasarelas de madera que protegen el entorno, se ve un cartel:  “Zona Peligrosa: prohibido el Baño”. Así es, será una belleza, pero hay que ir con cuidado, donde sus bajíos y arrecifes pueden provocar remolinos y turbulencias. Frente a estas peligrosas costas se libró en 1805 la famosa batalla naval que enfrentó al almirante inglés Nelson contra una coalición de barcos franceses y españoles, en 1805. Basta ir a Londres para recordar quién ganó la batalla.

Playa de Valdevaqueros,, una de las más bonitas de Cádiz.Foto: iStock

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Playa de Valdevaqueros, donde quedarse tumbado no es una opción

Si se quiere experimentar con el ambiente surf de Tarifa, esta es la playa perfecta. De hecho es fácil encontrarla: decenas de cometas ponen color al azul del cielo como si fueran el haz de luz de un faro. La Playa de Valdevaqueros se ha convertido en la Meca del windsurf y el kitesurf de Cádiz y hasta ella llega un ingente ejército de deportistas atraídos por las olas, el viento y el entorno semisalvaje. Por supuesto, le dan un toque de frescura a la playa difícil de encontrar en otras playas de Andalucía. Hay conciertos, barbacoas, mojitos y, por supuesto, muchas velas. Además, como la de Bolonia, también tiene su propia duna en Punta Paloma (Parque Natural Del Estrecho).

Playa de Bolonia en Cádiz. Foto: iStock

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Playa de Bolonia y la duna por excelencia de Cádiz

En la playa de Bolonia, se mire donde se mire, su gran duna domina el paisaje. Y es que el Monumento Natural de La Duna de Bolonia es todo un espectáculo natural de más de 30 metros de altura y 200 de ancho que domina el sistema dunar al que pertenece. La arena remonta hasta impactar con un bosque de pinos, en un contraste mágico de ocre y verdes. A los bañistas que suben en procesión, les tienta bajar haciendo la croqueta cuesta abajo. Aguada un mar turquesa en el que luego quitarse la arena, siempre y cuando no sople el viento de levante.

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Playa de La Caleta, la playa urbana por excelencia

Hablar de La Caleta no es hablar de una playa, si no de la intimidad de una ciudad. Se podría decir que esta postal típica de Cádiz funciona a modo de un microcosmos que la representa a pequeña escala. A parte de la fama mediática por ser la playa en la que se bañó Halle Berry en Muere otro día, de la serie James Bond, La Caleta es una playa de carácter familiar que ha atraído desde siempre a artistas y bohemios como Isaac Albéniz, Paco Alba, o Fernando Quiñones, el poeta más querido de Cádiz.

Cabo de Gata

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Cabo de Gata

Tomar como campo base cualquiera de sus pueblos blancos como Mojácar, Níjar, San José o Carboneras es una de las mejores decisiones para lanzarse a descubrir un Parque Natural que regala paisajes de película. La playa de los Genoveses, la de los Muertos o la playa de Mónsul son algunos de los ejemplos de su belleza natural, cuya guinda puede contemplarse en el Arrecife de las Sirenas, junto al faro del Cabo de Gata. El origen volcánico del parque le dota de un aspecto salvaje acentuado por las llanuras desérticas que lo rodean. Un cóctel inolvidable.

 

Bahía de Cádiz

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Bahía de Cádiz

La riqueza cultural, natural e histórica de la zona solo es comparable con la belleza y longitud de sus interminables playas. Coronada por la capital de la provincia, Cádiz, una de las urbes más antiguas de Europa, el resto de la zona de la bahía y sus alrededores esconde playas de la talla de el Palmar, Caños de Meca o Camposanto, ciudades históricas como San Fernando y pueblos encantadores de casas blancas encaladas y amplios porches con hamacas y tumbonas. Relax made in Andalucía
 

 

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Granada

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Granada


La Alhambra es una maravilla refinada de la arquitectura. Para admirarla antes de conocerla, lo mejor es subir al barrio de muros y casas blancas del Albaycín, y allí buscar miradores como el de San Nicolás, con una vista del monumento con el marco natural de Sierra Nevada al fondo. Otra opción es buscar rincones escondidos con perspectivas menos conocidas, como las que se encuentran mientras se pasea por el empinado barrio del Sacromonte, lleno de cuevas donde antes se vivía y hoy se acude para cenar en restaurantes o para ver espectáculos y algún museo de flamenco. La fortificada Alcazaba es la parte más antigua y austera del conjunto, de gran contraste con los delicados palacios nazaríes, que fueron creados pensando en el deleite de los sultanes, con estancias decoradas con filigranas de estuco y patios refrescados por fuentes como la de los Leones. De esa época son también los jardines del Generalife, donde los juegos cantarines de agua acompañan al visitante –en verano son el escenario de un festival de música y danza–. Es cierto que Granada no se entiende sin su Alhambra, pero la ciudad reclama envidiosa que descubramos sus otros atractivos: la Catedral, en cuyo interior se halla el mausoleo de los Reyes Católicos, los baños árabes convertidos en spa donde relajarse, alguna de las teterías moriscas de la calle Calderería, las casas con «carmen» o jardín donde cenar bajo las estrellas, sin descuidar coquetear con la tradición del tapeo, una práctica que, como en el resto de Andalucía, en Granada resulta inolvidable.

Asun Luján, redactora de Viajes National Geographic

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Playa de Mónsul (Almeria)

Cada playa tiene su gracia: y esta es para sentirte como Indy y su padre escapando de los Nazis. Aquí se grabó la épica escena de Indiana Jones y la última cruzada. Y muchas más, como por ejemplo La historia interminable. La playa de Mónsul es una verdadera belleza con sus paisajes volcánicos de colores ocres y óxidos. Las paredes de lava erosionadas, como la icónica Peineta anclada en la orilla, suelen ser utilizadas por los aficionados a la escalada en bloque. Por la sombra que proyectan también son muy útiles en caso de olvidar el parasol en casa.

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Playa de Calahonda (España)

Entre acantilados, pero en pleno centro de Nerja. Desde que Antonio Mercero la escogiera en los años 80, sigue siendo la playa perfecta para pasar veranos azules. Sin duda, una de las máximas representantes de la malagueña Costa del Sol. Su acceso, además, es uno de los más bellos de todas las playas españolas, descendiendo los escalones del Boquete de Calahonda. Como en las primeras escenas de la mítica serie televisiva, aún se pueden ver las barquitas de pescadores ancladas en la arena. Por la tarde, tendrás todo el ajetreo que necesites en la Calle Pintada.

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Úbeda

Al ser cruce de caminos entre el centro de la Península y Andalucía, las principales civilizaciones dejaron su huella en la ciudad. Pero, sobre todo, tiene fama de ser uno de los conjuntos renacentistas más fabulosos de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad en julio de 2003. Para admirarlo, basta con acercarse hasta la Plaza Vázquez de Molina, una de las más bellas de España. Allí aguarda un ramillete arquitectónico de lujo: a Sacra Capilla de El Salvador, el Palacio del Deán Ortega, actual Parador de Turismo; el Palacio del Marqués de Mancera; la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, con fachada renacentista y claustro gótico; la Fuente Renacentista, y el Palacio Juan Vázquez de Molina, también llamado Palacio de la Cadenas actual sede del Ayuntamiento. Todo ello en un marco geográfico bellísimo que se contempla como un lienzo desde el mirador de la calle de San Lorenzo.

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Dólmenes de Antequera

Fuen en 2016 cuando este paraje natural fue declarado Patrimonio de la Humanidad. En la lista están incluidos los tres monumentos megalíticos (el “tholos” del Romeral y los dólmenes de Menga y Viera) y los parajes naturales próximos de Peña de los Enamorados y el Torcal. 

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Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza

Las pequeñas ciudades de Úbeda y Baeza, de Jaén, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2003 gracias a su arquitectura, donde destaca la religiosa, que fue exportada al resto de España e Iberoamérica durante el Renacimiento. 

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Catedral, Alcázar y Archivo de Indias de Sevilla

Testimonios excepcionales de la civilización almohade y de la Sevilla cristiana, la Catedral y el Alcázar de Sevilla son obras maestras de la arquitectura donde el minarete de la Giralda es el protagonista. En el Archivo de Indias se conservan fondos documentales inestimables de las colonias españolas en América. Estos tres edificios fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Gtres

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Centro histórico de Córdoba

La magnífica conservación del centro histórico de Córdoba, en el que se pueden encontrar restos del siglo VIII, cuando se construyeron unas 300 mezquitas e innumerables palacios y edificios públicos, le valió su inclusión en la lista de la Unesco en 1994. Hasta entonces tan sólo la mezquita-catedral formaba parte de esta lista, en la que se incluyó en 1984.

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Alhambra, Generalife y Albaicín de Granada

El magnífico palacio de la Alhambra y los jardines del Generalife fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1984. Fue diez años después, en 1994 cuando el pintoresco barrio del Albaicín fue incluido en la lista. 

Turismo de Andalucía

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Playa de Bajamar, Vélez-Málaga (Málaga)

La playa de Bajamar es una playa ubicada en el turístico municipio de Vélez-Málaga. Es una playa con arena oscura de reducidas dimensiones (apenas 800 metros de largo y 25 de ancho). Por el contrario, su nivel de ocupación es bajo por lo que es ideal para pasar un día de playa alejados del bullicio que hay en otros arenales de la zona. Es una de las playas de Málaga en las que se permite la práctica del nudismo. 

Turismo de Andalucía

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Cala La Rijana, Gualchos (Granada)

Entre las mejores playas de la Costa Tropical de Granada, a pesar de que se llega a ella a través de un corto túnel. Aislada y de pequeñas dimensiones, apenas unos 250 metros de una fina línea de arena oscura y bolos, disfruta de un mar azul y cristalino. Abrazada por las grandes rocas que llegan justo al mar, se caracteriza por las ruinas de una antigua torre vigía que brinda uno de los paisajes más reconocibles del litoral de la provincia. Carece por completo de equipamientos.

Costa de Maro, Nerja (Málaga)

Turismo de Andalucía

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Costa de Maro, Nerja (Málaga)

Nerja fue un día pueblo de pescadores; hoy sus estrechas casas blancas en pendiente son un centro turístico de la provincia de Málaga. Las playas de Nerja aparecen habitualmente aparecen entre las mejores de España, entre ellas la playa de Maro, o también conocida como la Cala de Maro, una de las mejores playas de Andalucía. Su acceso es fácil, tiene aguas cristalinas, vegetación que llega al borde de una arena gruesa y oscura. La peculiar cala se encuentra en el  Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, una franja de costa protegida que se extiende hacia el mar y que brinda al viajero algunos de los paisajes más espectaculares de la región. 

Turismo de Andalucía

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Playa de la Guardia, Salobreña (Granada)

Esta playa de arena gruesa y de poco más de un kilómetro se ubica en la bahía de la Caleta, bajo el castillo de Salobreña, en la Vega de la Guardia. Es uno de los rincones con más encanto de la Costa Tropical, en Granada. Es ideal para relajarse, desconectar y volver cargados de energía. Todas las playas de Salobreña tiene su propio encanto; pero en playa de la Guardia, hay una zona protegida que ha conseguido regenerar el ecosistema “Arrecifes de Salobreña”  por lo que es un atractivo añadido para los amantes del submarinismo. 

Foto: Gtres

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Sevilla y el flamenco

Dice la canción que Sevilla tiene un color especial. Y no solo eso; también una sonoridad muy singular: el flamenco, y en concreto, las sevillanas. El flamenco es un arte que nació de la fusión de distintas culturas que convivieron en Andalucía. Por ello, la capital andaluza es también la capital mundial del flamenco. Para empaparse de pasión flamenca hay que ir hasta el barrio de Triana, donde se cree que en el S. XVIII nació este género de guitarras, castañuelas, cajón y trajes de bailaoras. Hoy es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y se puede escuchar en las peñas flamencas de la ciudad, salas y tablaos.

Foto: Gonzalo Azumendi

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Plaza de españa

Un semicírculo con dos torres en los extremos y un canal enmarcan los edificios construidos para la Exposición Iberoamericana de 1929.

Foto: Sylvain Sonnet / Getty Images

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Jardín del Mercurio, Reales Alcázares

Un estanque con una figura de Mercurio y el muro decorado con la Galería de los Grutescos conforman este bonito jardín dentro de los Alcázares. 

Foto: Gonzalo Azumendi

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Reales Alcázares

Una cúpula decorada con mocárabes cubre el bello Salón de los Embajadores, dentro del Palacio Mudéjar.  

Foto: Antonio Díaz / Age Fotostock

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Arte mudéjar

El Patio de las Doncellas de los Reales Alcázares, está rodeado por arcos lobulados sobre dobles columnas de mármol. 

Foto: Pixelin Pictures

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La Sevilla del siglo XXI

Las Setas, del berlinés Jürgen Mayer, es una colosal estructura de madera con cinco niveles. En el superior, a 28,5 metros, alberga un mirador.

Foto: José Manuel Azcona

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Barrio de Santa Cruz, cerca de la plaza de Doña Elvira

Un entramado laberíntico de calles desordenadas y deliciosos rincones (como el de la imagen) conforman uno de los barrios más conocidos de la ciudad, el barrio de Santa Cruz.

Foto: Gonzalo Azumendi

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Una Catedral fascinante

Cuando el califa Abu Yakub Yusuf ordenó reconstruir la mezquita de Adabbás a mediados del siglo XII, nada hacía pensar que el edificio se convertiría casi 300 años después en la mayor catedral cristiana del mundo, al menos en volumen. De la etapa almohade ha preservado el alminar, al que en el siglo XVI se le añadió un campanario y en el XVIII una veleta de bronce, el Giraldillo. Aparte de la Giralda, la catedral sevillana guarda más tesoros dentro que fuera: el retablo gótico de la Capilla Mayor, las pinturas de Zurbarán y Murillo en la Sacristía Mayor y la Sala Capitular, y la tumba de Cristóbal Colón. La visita al templo reserva para el final el delicioso Patio de los Naranjos, el antiguo patio de la mezquita. 

Foto: Domingo Leiva Nicolas / Age Fotostock

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La Giralda

El icono más conocido de Sevilla, visto desde una de las puertas de acceso al recinto de los Reales Alcázares.

Foto: CSP_Neirfy / Age Fotostock

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Torre del Oro

De 1190, formaba parte de la muralla sarracena y servía para controlar el tráfico de barcos por el Guadalquivir. Hoy es la sede del Museo Naval.

Foto: Ayuntamiento de Sevilla

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Las delicias artísticas del año Murillo

En 2017 se cumplen cuatro siglos del nacimiento de Murillo (1617-1682), el artista que fijó el imaginario amable de la Contrarreforma y retrató la atmósfera popular del Siglo de Oro con sus cuadros de temas profanos. El Año Murillo propone un programa que recreará la Sevilla barroca en las calles y en exposiciones en diversos espacios, entre los que destaca el Museo de Bellas Artes, la Catedral y el Centro Santa Clara. Además se han preparado rutas para descubrir las pinturas del artista que se hallan en distintos monumentos de la ciudad, como la iglesia de la Caridad, el Palacio Arzobispal o el monasterio de Santa María la Blanca. El inicio de esta ruta podría ser la plaza del Museo de Bellas Artes, junto a la estatua en bronce del pintor sevillano. 

El sueño nazarí

Foto: Shutterstock

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El sueño nazarí

La joya granadina por excelencia es la Alhambra, una ciudadela en sí misma. Majestuosa con las cimas de Sierra Nevada al fondo, la antaño residencia de la corte nazarí es un espacio para visitar despacio y con todos los sentidos: desde la Alcazaba a los Palacios Reales y el Mexuar, el recoleto Cuarto Dorado, el sosegante Patio de los Arrayanes, la amplia Sala de Comares, el palacio renacentista de Carlos V –hoy espléndido Museo de Bellas Artes– y el célebre Patio de los Leones donde dialogan la piedra y el agua.

 

 

Foto: Boca Dorada

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Gazpacho andaluz, Andalucía

Esta sopa fría elaborada con los productos de la huerta y el afamado aceite andaluz es uno de los platos más representativos de la región. Su origen se remonta a la antigua Al Andalus, aunque entonces se componía de migas de pan sazonadas con aceite y vinagre. Un plato muy consumido por los campesinos y que, a lo largo de los años, ha ido evolucionando de diferentes maneras. El gazpacho andaluz empezó a incluir productos de la tierra como los tomates, pepinos, cebolla y ajo. Otra variedad sería el salmorejo, muy consumido en Córdoba. Su diferencia es que es algo más consistente, pues incluye más migas de pan y se suele servir con virutas de jamón, picatostes y huevo cocido. Otros platos muy conocidos andaluces son las olivas, pues Jaén es la provincia española con mayor número de olivos y el principal exportador del país. También las migas andaluzas, las papas aliñás, el pescaíto frito, los huevos a la flamenca y el espeto de sardinas, muy consumido en la costa mediterránea como Málaga.

Foto: Gtres

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Puente del Alamillo, Sevilla

Este popular puente de Sevilla fue diseñado por Calatrava con motivo de la Expo celebrada en la ciudad en 1992, para facilitar el acceso a las instalaciones situadas en la isla de La Cartuja. Aunque el proyecto original consistía en dos puentes, cada uno de ellos mirando en dirección opuesta, finalmente, por falta de presupuesto, se decidió que solo se levantaría uno de ellos. El puente de Alamillo se ha convertido en una obra de arte.