Provenza

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Ronnybas / Shutterstock

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Un paisaje que se huele

Un fragante mar de color malva cubre los campos provenzales en verano, como en Valensole

Tom Mackie

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¡Y llegó el azul!

Al sur de Marsella, la costa se convierte en una sucesión de entrantes de mar, acantilados y recónditas playas, conocidas como calanques.

Luigi Vaccarella / Fototeca 9x12

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El dulce placer del tumbarse en el césped

El puente de St-Bénézet y el palacio Papal son los dos emblemas de la ciudad de Avignon.  

Tom Mackie

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Pueblecitos 100% encanto

El pueblo de Rougon se erige en uno de los puntos más altos de las Gargantas del Verdon.

Maurizio Rellini / Fototeca 9x12

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Como en un anuncio de suavizante

La visita a la Abadía de Sénanque es un imprescindible con su claustro románico y las estancias del siglo XII.

AWL Images

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El recuerdo violeta

Jabones, sales de baño, ambientadores... En provenza la violeta lavanda acaba convirtiéndose en cualquier otra cosa.

Michael Paul

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Inspiración provenzal

St. Paul de Vence fue el refugio e inspiración de escritores, actores y pintores a mediados del siglo XX. En la imagen, la casa del escritor Jacques Prévert (1900-1977).

Getty Images

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Al trote

Si eres un amante de los caballos no te pierdas algunas de las fiestas que tienen como protagonistas a los equinos de la Camarga. Como la Feria du Cheval, en julio.

Hannes Fehrmann / Age Fotostock

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Estos pueblos están muy colgados

Erigido sobre una colina, Gordes es uno de los más bellos pueblos colgados del Luberon.

Age Fotostock

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Tiempo de museos

La via Domitia unía la Galia con Roma y fue el gran conector de lo que hoy es la Provenza. Existen muchos vestigios, como este mosaico que se encuentra en los museos de Vaison-la Romaine.

 

Foto: Gtres

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Julio en Provenza

¿De qué color es la Provenza? Lo sabe todo el mundo: violeta, en un tono claro. O al menos lo es cuando florece la flor de esta planta que se extiende por gran parte del paisaje de la provincia francesa. Sus villas medievales, como Gordes, una luz que encandilo a pintores como Cézanne o Picasso, o sus formidables quesos, son reclamos que llaman la atención a miles de viajeros que llegan cada año. Eso sí, la mayoría durante la floración de la lavanda a mediados de julio a agosto.

MAURIZIO RELLINI / FOTOTECA 9 X 12

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Abadía de Sénanque

Los muros románicos de este convento cisterciense están rodeados de fragantes campos de lavanda. Con las flores, los monjes elaboran jabones y dulces de color violeta.

SANDRA RACCANELLO / FOTOTECA 9 X 12

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Aviñón

El Palacio de los Papas, el Pequeño Palacio, el puente de Saint Bénézet y las murallas forman el conjunto medieval más imponente de la Provenza.

MARC HAEGEMAN

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Gordes

Emplazado en lo alto de una cornisa, su castillo del siglo IX ofrece una espectacular vista del Luberon.

KARIM SAARI

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El Luberon

El recorrido que cruza este macizo pasa junto a cultivos de lavanda y girasol, que alcanzan su color más brillante
e intenso en verano.

MATTEO COLOMBO / AWL IMAGES

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Saint-Rémy

En 1889, Vicent Van Gogh pasó una temporada en el sanatorio del monasterio de Saint Paul de Mausole (siglos XI-XII).

DIDIER GUIFFAN

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Bonnieux

El puente Juliano (27 a.C.-14 d.C.), en las afueras de esta localidad, fue un paso clave en la Vía Domitia para llegar a la ciudad de Julia Apta (Apt).

JIM NILSEN

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Lacoste

El antiguo horno de pan permanece como un ejemplo de la arquitectura tradicional de los pueblos provenzales.

Mapa: BLAUSET

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El corazón de la Provenza

1 Aviñón. Además de visitar el Palacio de los Papas, hay que perderse por las calles del Roi René y de los Teinturiers.
2 Abadía de Sénanque. Este convento del siglo XII se halla rodeado de campos de lavanda. Se puede visitar.
3 Gordes. Elevado sobre una colina, es un excelente mirador sobre los campos y poblaciones del Luberon.
4 Bonnieux. Es uno de los «pueblos colgados» del Luberon. Resulta imprescindible subir hasta la plaza de la iglesia.
5 Saint-Rémy. Su convento fue un retiro para Van Gogh.

BRIAN JANNSEN / FOTOTECA 9 X 12

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La luz impresionista

Diversas rutas a pie, en coche y en bicicleta descubren los rincones que inspiraron pinturas inolvidables a Cézanne, Van Gogh y Picasso hace casi un siglo.

CAMILLE MOIRENC / GTRES

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Arles

Conocido como Les Arènes, el anfiteatro romano del año 90 tiene un aforo  para 21.000 espectadores. Se erige en el centro de la ciudad.

LUIGI VACCARELLA / FOTOTECA 9 X 12

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Sénanque

La abadía cisterciense ofrece una visita guiada por su claustro románico y sus estancias del siglo XII.

© Nuit de Chine Production Culturespaces Réalisation: G. Iannuzzi, R. Gatto, M. Siccardi

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Les Baux

Las antiguas canteras de les Alpilles son hoy Les Carrières de Lumières, un museo donde se proyectan pinturas famosas.

TIM MANNAKEE / FOTOTECA 9 X 12

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Gordes

Con Lacoste, Roussillon y Bonnieux, es uno de los llamados «pueblos colgados» de las montañas del Luberon, al este de Aviñón.

ACI

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La Provenza más genuina

Además de la lavanda, la región presume de quesos y de arte medieval (en las imágenes, calle de Lacoste y catedral de Aix).

RICCARDO SPILA / FOTOTECA 9 X 12

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Fontaine-de-Vaucluse

El río Sorgue brota en este rincón boscoso, encajado entre las montañas del Luberon y el valle del Ródano.

BIDAGENTUR HUBER; FANTUZ OLIMPIO / FOTOTECA 9 X 12

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Pays de Sault

Esta comarca es una de las mayores productoras de lavanda. En verano se organizan paseos por los campos en flor y ferias de productos artesanales.

Mapa: BLAUSET

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Ruta por el corazón provenzal

1 Arles. Con el Anfiteatro y el Teatro romanos, la iglesia de St-Trophime y sus restaurantes, es una visita imprescindible.
2 Aviñón. El palacio de los Papas es su mayor tesoro.
3 Abadía de Sénanque. Monasterio románico rodeado de campos de lavanda. Se visita el claustro y algunas salas.
4 Gordes. Es uno de los pueblos más bonitos del Luberon.
5 Pays de Sault. Reúne los campos de lavanda más extensos.
6 Aix-en-Provence. Un pueblo delicioso para pasear.