Tibet

1 /12

Foto: AgeFotostock

1 / 12

Shisha Pangma

El pequeño de los catorce… Su altura es fuente de controversia. Pero la cifra más aceptada es la de 8.027 metros de altitud. El terremoto de Nepal de abril de 2015 no lo puso más fácil, al afectar a la forma de su cumbre. A pesar de ser el más pequeño de la lista, el Shisha Pangma fue el último de los “ochomiles” en ser escalado. El motivo es que está ubicado por completo en territorio del Tíbet y hay restricciones tanto por parte del gobierno de China como por las autoridades locales de la Región Autónoma del Tíbet.

Ratnakorn Piyasirisorost / AGE Fotostock

2 / 12

La cara norte del Everest

Una senda casi llana lleva desde el monasterio de Rongbuk al campo base del Everest, a 5.150 metros. Desde hace siglos, el Tíbet fascina a los occidentales. En el país más elevado del mundo, oculto tras la más formidable cordillera, los monjes destilan sapiencia y paz refugiados en templos que parecen gemas.

Günter Gräfenhain / Fototeca 9x12

3 / 12

Palacio del Potala

Desde el siglo XVII y hasta la invasión china de 1959 fue la morada del Dalái Lama. El Palacio Rojo –parte superior– solo se dedicaba al estudio y la oración. El Palacio Blanco tenía usos más seculares.

Martin M303 / Shutterstock

4 / 12

Jardines Norbulingka

Cuando el viajero llega a Lhasa, es-tira el cuello por la ventanilla del coche intentando localizar cuanto antes el Potala, el símbolo sin discusión del Tíbet. Sin embargo, los jardines Norbulingka, "la joya del parque", son otras de sus maravillas. En su día residencia estival del Dálai Lama, se encuentra rodeada de bellos jardines. 

Eduardo Teixeira de Sousa

5 / 12

Ruedas de la Fortuna

La manera correcta de rodear un monumento budista tibetano es hacerlo en el sentido de las agujas del reloj. Así se circunnavega en torno a templos, montañas y lagos, muros con piedras grabadas, chörtens (estupas budistas) o cualquier construcción que tenga significado para los creyentes. Al viajar por el Tíbet es importante respetar la tradición. También los molinillos de oración deben empujarse para que rueden en ese sentido. En el sagrado Kailas y algunos lagos como el Manasarovar, el Yamdrok, el Lhamo La o el Nam pueden encontrarse peregrinos que lo hacen en sentido contrario: son seguidores de la religión bon, anterior a la llegada del budismo y con la cual se ha fusionado, aunque conservando liturgias propias. 

Ovchinnikova Irina / Shutterstock

6 / 12

Templo Jokhang

El primer templo budista del Tíbet (siglo VII) es también el más venerado. Lo corona la rueda del dharma con 8 radios, rodeada por un ciervo macho y otro hembra. 

Matt Brandon

7 / 12

Lámparas de mantequilla en un templo de Lhasa

Las lamparillas de aceite arden por millares, creando una atmósfera sofocante y neblinosa. El olor de la mantequilla, uno de los aromas que distinguen los centros de oración tibetanos, llena el aire.

Lynn Chen / AGE Fotostock

8 / 12

Lago Yamdrok

Rumbo oeste, a tan solo 100 km de Lhasa, está el Yamdrok Tso. Situado a 4.441 metros de altitud, es uno de los mayores del Tíbet. Sus aguas se congelan en invierno. Por sus cualidades adivinatorias, es uno de los lagos más sagrados del Tíbet.

Jan Reurink

9 / 12

El Kumbum de Gyantse

El Kumbum es una torre de 35 metros de altura, el chorten más formidable del país, tal vez del mundo. Reproduce la estructura de un mandala y su nombre significa 100.000 imágenes.

Ratnakorn Piyasirisorost / Getty Images

10 / 12

Monasterio Shigatse

La segunda ciudad del Tíbet, a orillas del Yarlung Tsangpo (Brahmaputra), acoge el monasterio de Tashilhunpo, donde residía el Panchen Lama. Su palacio, el Tashilunpo, es motivo de parada y exploración. Fue levantado a mitad del siglo XV.

Jan Reurink

11 / 12

Caravana de Yaks

Los yaks transportan el equipaje y los víveres de los viajeros que realizan la kora o peregrinación en torno al Monte Kailas.

Sino Images / Getty Images

12 / 12

Kailas

El pico más sagrado de Asia, jamás escalado, considerado el pilar y el centro del mandala del mundo, se alza al sudoeste del Tíbet. Sobre su cima se sienta Shiva, que ha llegado por las escaleras visibles en la roca en forma de rayas horizontales.